Aquella maravillosa infancia

Nota: aunque mi fic se base en la infancia de Draco suelo poner la fecha de Hogwarts en la época actual y por lo tanto se ambienta en la época del 2000 haciendo que en el mundo mágico se hayan incorporado aparatos mágicos como la tele mágica al igual que había ascensores mágicos.

Navidad, planes maléficos y muérdago
Era una noche de Noche buena, Papsy y Draco tenían seis años y estaban viendo la tele, era 2006 y hacía muy poco que se había agregado la tele al mundo mágico, era una tele con una programación llena de magos y que funcionaba con la magia, no era el únicas cosas que se habían agregado pues a partir del 2000 se habían agregado cosas como móviles, que eran muy útiles, aunque eso ahora mismo a los dos niños de 6 años les daba igual, solo estaban viendo un programa donde la gente se llevaba cosas y trataban de adivinar las cosas con los estudios de adivinación, claro que en el fondo era pura suerte, mientras estaban sentados en el lujoso sofá la gran chimenea
-Jo, Dracky estoy nerviosísima -dijo Papsy con voz temblorosa temblando muy nerviosa.
-Bag, no te preocupes, si eso no es adivinación, si al final le dan 1.000 galeones y se quedan con eso tan contentos, si es siempre igual -dijo Draco aburrido mientras comía golosinas.
-Si es que aceptaran la primera oferta, pero es que siempre se envician y quieren mas y mas ofertas -dijo Parkinson algo nerviosa viendo la tele.
-Eso, mas ofertas, si -dijo Draco con su mirada ambiciosa, viendo el dinero que podría ganar con las ofertas, a esa edad ya era bastante ambicioso por influencias de su Padre.
-Pero no es por eso por lo que estoy nerviosa, Dracky, estoy nerviosa porque hoy viene Papa Noel -dijo con alegría por que viniera Santa Claus en el reino mágico también existía esa tradición, aunque tenía una historia distinta.
-¿Que crees que podría pedir? ¿quizás unas muñecas Veelas? aunque no se si pedirles un muñeco que sea novio, porque las veelas son muñecas súper independientes. Pero sabes que te digo que si no me traen eso les pediré un diseño mágico para desarrollar mi creatividad -dijo Papsy hablando como cualquier niña de 6 años sobre sus regalos de navidad.
-Si, si, claro, tu creatividad -diría Draco sin hacer mucho caso y luego puso una cara misteriosa -mira, Papsy, no te preocupes si Santa Claus nos va a traer todos, Todos los regalos -dijo Draco hablando enigmáticamente, raro para un crío de 6 años.
-¿En serio? ¿y como lo sabes, Dracky? -dijo Papsy entre una mezcla de admiración, sorpresa y algo de esperanza por eso.
-Porque vamos a secuestrar a Papa noel ¡si¡ -dijo con rostro maligno pensando en sus futuros regalos.
-No, Dracky, no puedes secuestrar a Santa Claus, porque si no los duendecillos se quedaran huérfanos -dijo tratando de razonar con Draco preocupada por los duendecillos.
-Venga, Papsy, si a los duendecillos les da igual, ¿no ves que los tiene explotados? -dijo para convencerla de el rapto de papa noel -mira lo tengo todo súper pensando, tengo un plan súper secreto y súper inteligente -dije Draco con una sonrisa orgullosa de si mismo antes de ir a buscar un dibujo con el plan que había hecho.
-Vaya, que misterio mas misterioso -dijo con mucha curiosidad por ver el plan de Draco.
-Es un plan brutal que me he inventado -dijo mientras se sentaba otra vez en el sofá con una hoja llena de dibujos hechos por Draco -este es Santa Claus que baja por la chimenea, ¿vale? -dijo señalando los dibujos -pues entonces resbala en una cascara de plátano que le he puesto, cae en la red, le atrapamos ¡y nos quedamos con todos los regalos! ¡si!-dijo Draco explicando su plan como si fuera un genio malvado para luego terminar muy ilusionado.
-Madre mia, Dracky, eres un genio, si quisieras podrías robar el banco de Gringotts, menos mal que como eres buena persona no quieres -dijo Papsy completamente ilusionada por el plan de Draco que a ella le parecía muy bueno.
Entonces Dobby se apareció Dobby delante de ellos y Draco se apresuro a esconder los dibujos de su plan con disimulo.
-Amo, sus padres me han enviado a decirle que ya esta la cena -dijo Dobby humildemente antes de que Draco dijo que ya iban antes de mandar a Dobby a las cocinas de nuevo.
-Menos mal no nos han pillado -dijo tranquilamente antes de sacar sus dibujos, pero entonces se fijo en que Papsy estaba distraída viendo algo en el techo, encima de Draco -¿Papsy? -dijo Draco algo sorprendido.
-Dracky, ¿te has fijado? estás debajo del muérdago -dijo Papsy ilusionada por su significado, pues siempre había visto a Draco como su mago azul con el que se casaría y tendría besos como en los cuentos.
-¡¿Que?¡ eso no es muérdago, es… -dijo mirando a lo que si era muérdago pero Draco no quería aceptarlo por su significado -una telaraña con mocos, no es muérdago, aquí no hay muérdago.
-Dracky, si que es muérdago, venga, tonto -dijo Papsy acercándose a Draco con lo que para Draco eran malas intenciones -venga, un bestia al año no hace daño.
-No -se quejo Draco, aunque Papsy no le hizo mucho caso por lo que Draco salto del sofá rápidamente -que no -dijo antes de salir corriendo hacia el comedor que estaba adornado por la navidad y estaban bastantes personas reunidas entre ellos los padres de Draco y los de Papsy, pero Draco se dirigió a su madre.
-Mama, Parkinson esta pesadísima, me quiere babear -le dijo quejándose del atentando de la niña rubia por besarlo, que rápidamente lo alcanzo para reclamar el beso que creía le correspondía.
-Venga, Draco, dale un beso -dijo la madre entretenida por la situación, ya que Papsy Parkinson era una maga de sangre limpia y parecía que las cosas irían muy bien entre ellos. Pese a que el rubio siguió protestando al final no pudo evitar que Parkinson lo besara dándole un beso inocente en los labios que a pesar de la resistencia de Draco no fue tan horrible como pensaba, aunque tampoco sabía muy bien como explicarlo había sido una sensación rara , después del beso ella se le quedo mirándole con cara ensimisma y sonrisa inocente.
-¿Ves? ¿a que no era tan malo? -dijo la niña con voz inocente, a lo que Draco la miro mal.
-no me hagas hablar -dijo serio haciendo como si no le hubiera agradado nada, pero fue una sensación rara y para bien o para mal, nunca olvidaría ese primer beso lleno de inocencia en plena fiesta de nochebuena.